Capítulo 1: el delito
Ayer jueves, tras el Google Developer Day 2008, que fue en Madrid, teníamos que volver a Bilbao, porque hoy teníamos que trabajar a las 8:00. Para que no se nos hiciera demasiado tarde, salimos antes de que acabara, en la entrega de premios, y sin poder disfrutar del networking de después, pero cual fue nuestra sorpresa al llegar a la furgo, que algún indeseable racano nos había roto la ventanilla de la furgo para entrar a robar.
La ventana de la furgo rota (la pequeñita del piloto) y las motxilas abiertas y la ropa desperdigada por la furgo. Sólo se llevaron un GPS, pero sacaron furia en Eneko y en mi, y nos hicieron perder mucho tiempo.
Cpaítulo 2: la denuncia.
Conteniendo nuestra rabia y tranquilizándonos un poco (la verdad es que somos muy calmados los dos) llamamos a la policía para poner una denuncia, y nos dijeron que teníamos que ir a la comisaría más cercana; en este caso Carabanchel. Ami eso ya no me gustaba, me sonaba a carcel, y así era, la comisaría esta en parte de lo que fue la cárcel hasta 1999. Cuando entramos no tenía muy buena pinta, y eso de que «te den la vez» en un papel escrito a mano y no quede registro de ello, no me convenció demasiado… Pongo lo de «te den a vez» entre comillas, porque en realidad, en ese papel, no se cogía la vez, luego tenías que preguntar por el último, como antes en las charcuterías… fue de película, que mal acostumbrados estamos aquí… 3 horas esperando, y eso que solo había 4 personas delante. 3 horas para que luego nos despacharan en 5 minutos, que trabajo más estresante. Eso si, l@s policias, cuando hablas con ellos, más correctos y atentos de lo que me esperaba al ver la fachada del edificio.
Capitulo 3: el viaje de vuelta
A las 00:30 sin cenar, con un cristal de la furgo roto y a la autopista. Ya pensábamos que todo estaba solucionado y volvíamos, cuando al coger velocidad, empieza a entrar un aire frío haciendo un ruido continuo y desagradable por la ventana. Aprovechando que paramos para echar gasolina, compramos cinta americana, y con un cartón tapamos como pudimos la ventanilla para no volvernos más locos en el viaje. El apaño quedó decente y el ruido se podía aguantar. Sólo 4 horas más y llegaríamos a casa…
Capítulo 4: decisiones
Viendo que hasta las 5 de la madrugada no llegaríamos a Bilbao, y que a las 8:00 entrabamos a trabajar, nos pusimos a pensar alguna solución, ya que nos parecía irracional dormir 2 horas e ir a trabajar. Al final, pensamos que comprenderían que no fuéramos a trabajar, y que podríamos cogernos un día de vacaciones, puesto que con sólo dos horas de sueño el trabajo que fuéramos a hacer tampoco iba a ser muy productivo. Por eso tomamos la decisión de que yo me despertaría a las 8:00 y llamaría a la oficina para pedir permiso.
Capítulo 5: la llamada
Habiendo dormido 2 horas y media me despierta el despertador para acordarme de llamar a la oficina. Con mucho esfuerzo lo hago, y al no estar el gerente comento todo lo que nos ha pasado y que nos gustaría coger el día libre. 15 minutos mas tarde, me llama el gerente cabreado por la decisión que hemos tomado y me dice que nos cojamos el día libre pero que no le ha gustado nuestra decisión. Cuando intento explicarle cuales han sido nuestros motivos y nuestro razonamiento, me contesta que no quiere escucharlos. ¿habríamos hecho mejor en ir a trabajar? yo todavía sigo pensando que tomamos la decisión correcta, y no sólo pensando en nosotros, sino pensando en la productividad de la empresa, pero yo debo pensar diferente. ¿que opinas tu?
Capítulo 6: el día de después [Actualización]
Primero, muchas gracias por los comentarios, me ayudaron a relajarme y pensar más tranquilamente…
Os cuento lo que pasó el siguiente día que fuimos a trabajar: A eso de media mañana, y visto que el no venía a hablar con nosotros fuimos a hablar con él para intentar explicar/entender lo sucedido. Tras una charla de unos 15 minutos, salí con la idea de que se dió cuenta que su reacción no había sido para nada correcta, pero él echaba la culpa a como le había/habían dicho las cosas. Me quedo con la frase «yo soy super comprensivo pero eso en cualquier empresa no se lo habrían tomado bien». No hay más que decir, sólo deciros que sigo, porque mi (consciencia) manera de ser no me deja dejar el proyecto a medias, pero que no lo hago con las ganas que lo hacía antes.
The End [Actualización]
Os dejo con este post Productividad y modelo de trabajo de Ateneu Popular que me ha molado.
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